Archive for the ‘Samuel’ Category

Cuaderno de bitácora: Día 3

viernes, julio 1st, 2011

«PiPi»… «PiPi»… «Ummm. Ya son las ocho menos cuarto…». Cada día me cuesta más levantarme. La realidad es que he pasado de despertarme a las doce para pasar a hacerlo cuatro horas antes. Puede que ahí esté la razón… o no. Carlos no estuvo explicando con un par de ejemplos, la cantidad de variabilidad que existe en la vida. Partiendo de la premisa de que un esquiador quiere descender por una colina, nos preguntaba cual era la mejor forma de hacerlo. «Buscando la mayor pendiente» recuerdo que respondió Marina o Héctor. Nuestro «tutor» se quedó callado durante unos segundos con su característica sonrisa y su mano tapándose la boca. «Pero, ¿has tenido en cuenta la altitud? ¿Y  las curvas o surcos que hay en la nieve? ¿O la pequeña piedra que está en medio de la bajada?»…

Cuando quedaban ya sólo tres o cuatro paradas para llegar al final del trayecto de la línea 40, una chica joven subió al autobús y, viendo que no había ningún sitio libre más que el que estaba junto a mí, no le quedó más remedio que sentarse allí. Al momento, abrió su mochila y de ella sacó unos cuantos folios de lo que parecían ser apuntes para un examen o trabajo. Se le notaba algo nerviosa, repasando una y otra vez, aquellos hojas repletas de palabras y dibujos que no alcanzaba a entender. De pronto llegamos a la última parada. Ella estaba tan concentrada en su repaso que no se había dado cuenta, y cuando se percató y se bajó del autobús, creí escuchar algo así como «Uy, si ya hemos llegado». Lo cierto es que espero no tener que llegar a estar en esa situación. No tengo nada en contra de la chica, pero no quiero tener que estudiar en verano para… recuperar.

Al final llego a la sala de imagen y sonido. Como siempre, Carlos nos recibía con su habitual sonrisa. Unas cuantas cajas esperaban a ser abiertas y descubrirnos su contenido. La «vena radiofónica» parecía haberle poseído, ya que lo que había dentro era un equipo de mezclas y un micrófono. Mesa de mezclas, 231 euros. Portátil, 599 euros. Cables de conexión de audio, 6 euros. Disfrutar de la experiencia que supone el grabar nuestra voz, editarla y echarnos unas risas con los resultados, no tiene precio.

Después de hacer un ratillo el tonto, Carlos se puso a darnos otra de sus charlas. Esta vez tocaba aprender y comprender el concepto de contribución en Internet. Uno de los ejemplos que nos dio fue el de un proyecto llamado WolframAlpha. Básicamente, consiste en una web 2.0 en la que aplicando la fórmula de la Wikipedia, podemos encontrar y averiguar los datos de cualquier cosa imaginable. ¿Buscas las fórmulas de las derivadas de la cosecante? ¿Necesitas afinar con el «do central»? ¿Quieres comparar las películas de Chaplin y Santiago Segura? WolframAlpha es tu solución.

Cuaderno de bitácora: Día 2

miércoles, junio 29th, 2011

28/06/11

Es martes y las sensaciones no podían ser mejores. Ayer entré por primera vez en una universidad y aunque parezca extraño, me entraron «ganas de empezar un nuevo curso y volver a estudiar». Sí, es una locura, no creo que nadie en su sano juicio afirmara algo semejante, y más después de haber estudiado tanto como lo había hecho este año… pero es cierto. Supongo que ahora mismo os estaréis riendo de este primer párrafo que acabo de escribir y no os culpo. Pero al menos dejadme «enseñaros» qué es lo que he hecho este martes.
Hoy no os puedo contar nada relacionado con el «casco invisible» porque mi amigo, no me ha acompañado: tocaba coger autobús. Como siempre, llevaba mis cascos puestos durante el trayecto. Rise Against y Foo Fighters trataban de hacerme más «agradable» el camino hasta mi nuevo «hogar»… pero a punto estuvieron de convertirse en mis enemigos cuando el conductor me indicaba haciendo señas, que era la última parada y yo no le escuchaba. «Bien, primera cagada.»
Todo se ve distinto cuando te das cuenta de que estás en la universidad. Los edificios te parecen más altos (la mayoría lo son), las aglomeraciones de gente parecen no acabar jamás, el aire te parece más fresco, la hierba más verde, los colores más vivos, el tiempo parece detenerse… Bueno, quizás no haya llegado a experimentar todo esto, pero con pensarlo ya me siento satisfecho.

Centrándome ya en lo que realmente «interesa», las prácticas de hoy relacionadas con la música electrónica han tenido un «protagonista» que ha eclipsado al resto: el Chamaleon. Obviando el significado que cada uno se haya hecho sobre el nombre del aparato en cuestión, debería de dar más información sobre el mismo. Podría decir que es un equipo sintetizador de sonidos que cualquiera puede adquirir en tiendas, pero «oh, pobre de mí» estaría cometiendo un error, ya que está basado en el cada vez más difundido, concepto de hardware libre. Esto no significa nada más que todos sus componentes son de «libre acceso» y cualquiera puede experimentar con ellos. Carlos ha tratado de que comprendamos lo tremendamente útil que está siendo esta técnica a la hora de compartir y difundir conocimientos.

También he podido constatar por mí mismo la potencia de MatLab. A priori puede parecer el «típico programa con el que, escribiendo unas cuantas líneas de código (todas ellas ilegibles), consigues que tu ordenador realice alguna operación», y en parte es así. Pero lo cierto, es que sus funciones van más allá de todo eso, con él puedes realizar desde tratamiento fotográfico, hasta operaciones matemáticas, pasando por la edición de sonido incluso. Un programa realmente interesante al que espero poder «conocer más a fondo» algún día.

«… Alguien llama a la puerta…Despertamos de un sueño para volver a la realidad…y de paso, almorzar…»

Después de dos clases consecutivas sobre el proyecto de música electrónica, tocaba conocer qué era y en qué consistía realmente aquel taller de óptica. La respuesta no tardaría demasiado en llegar, y Daniel fue el encargado de proporcionárnosla.

Una serie de diapositivas que explicaban los conceptos más básicos de la fibra óptica. Simplificando en gran medida los términos, se puede resumir que ésta permite la transmisión de información gracias a su capacidad de transportar la luz, la cual debido a que se desplaza en forma de ondas, nos permite distinguir entre 1 (ondas) y ceros (lugares «vacíos»).

También nos comentaba que la fibra óptica está compuesta por dos tipos de capas: una de mayor diámetro que tiene una composición con ciertas diferencias respecto a la otra capa.

A medida que avanzaban la «bullets» del PowerPoint, la información comenzaba a desbordarme. Los rayos de luz deben entrar a la fibra óptica con un determinado ángulo (ángulo crítico), ya que de no ser así, se perdería casi en su totalidad; existen dos tipos, las multimodos y las monomodos (que tiene el núcleo más pequeño); el número de cables puede variar desde un cable hasta más de un centenar… «That’s too much information».

Esta clase había sido bastante más «intensiva» que las de Carlos, lo que me dejó con bastante hambre. ¡Sin problemas! Un pasecito más por las cercanías de la ETSI y a comer una buena fideuá en «La VellA».

Ya solo quedaba un obstáculo entre mi estancia en la UPV y mi viaje en autobús de vuelta a mi casa: una conferencia sobre cómo hablar en público. Me parecía algo irónica esta actividad. «Un tío nos iba a explicar, en su propia conferencia, cómo hablar correctamente en público, es decir, que si él nos debía explicar esto mismo, se estaba autodefiniendo como un ejemplo a seguir. En una palabra: prepotencia.»

Tras este polémico pensamiento que nadie más que yo pudo conocer, apareció ante mí, el citado presentador.

Entonces, desearía haberme podido tragar aquellas palabras. Demostró tener una gran fluideza y logró conectar de una forma realmente buena con su público. «Mi objetivo, y el de todos vosotros, debe ser conocer y satisfacer los intereses del público». Lo dicho, un ejemplo a seguir (el modo ironía estaba en Modo OFF desde el principio de este párrafo).

«…Cada vez que recorremos las escaleras de la ETSI, me parece estar viajando a un nuevo mundo, una zona perdida en la Tierra de la que no había tenido constancia hasta hace unos días, de la que quiero investigar y averiguar más cosas sobre ella. Me encantaría empaparme de sus conocimientos, conocer los pensamientos de todos sus «discípulos», ser parte de ella. El ambiente es distinto aquí, eso está claro…»

Puede que «las Teleco» no se vayan a convertir en mi opción de estudio, pero al menos esta experiencia sí que debe «obligar» a todo el mundo a aprender en una universidad.

«En el futuro habrán dos tipos de personas: las que estén a merced de las máquinas y los que controlen esas máquinas».

NOTA: Todo lo escrito anteriormente no ha estado manipulado por nadie relacionado con la UPV o, en su defecto, por la Conselleria d’Educació. Todo parecido con la realidad, puede ser meramente casualidad.

Cuaderno de bitácora: Día 1

lunes, junio 27th, 2011

UPV, 27/06/11, Samuel

Tras una mañana algo accidentada, con un episodio que ahora mismo no puedo relatar en el que está incluido un amigo mío, su moto y un casco invisible, he conseguido llegar, a la hora exacta, alhall de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones.

Una breve introducción de nuestros profesores a cargo de Carmen Bachiller, seguida de una charla sobre las prácticas que desarrollaremos esta semana, ha servido de antesala perfecta a la mañana que hemos disfrutado en el día de hoy.

Música, informática, medios de comunicación, trabajo… todo ha tenido cabida en las cuatro horas que hemos compartido este mediodía. Empezando por una visita por las dos escuelas (hay dos, la «nueva» y la «vieja», ambas situadas en dos edificios adyacentes y conectadas entre sí) donde hemos visto el trabajo que están llevando a cabo unos alumnos de Bellas Artes (el cual consiste en un mural pintado por ellos sobre los medios de comunicación) para pasar, al fin, a empezar con las prácticas.

El profesor que nos han asignado, Carlos, ha querido que antes de dar comienzo con las actividades nos fuéramos a tomar un almuerzo en una cafetería de la Universidad.  Con él hemos estado hablando sobre nuestros «planes de futuro» y varios asuntos más extraoficiales…

Después de recoger en su despacho varias mochilas con los equipos que íbamos a utilizar, hemos entrado a nuestro aula… una maravilla. Comparada con cualquiera que he visto hasta ahora, es una clase que las deja en pañales en cuanto se refiere a uso de nuevas tecnologías o el espacio. Así, tras probar la pizarra electrónica, Carlos nos ha empezado a enseñar sus «aparatitos»: desde un theremin, pasando por una Nintendo DS con el juego «Electroplankton», hasta un moderno iPad.  Su funcionamiento, la historia del aparato en cuestión, su creador, personas que han innovados con los mismos… Una clase intensiva sobre los «instrumentos de música electrónica» más importantes desde 1919 (fecha en que se inventó el theremin).

A las dos menos diez, Asier, nuestro «servipoli», nos ha acompañado hasta «La VellA» (no sin antes echarnos la bronca por la tardanza que Carlos ha creado por sus «largas e intensas» explicaciones). Un comedor enorme, con más de cien personas en su interior, nos daba la bienvenida a la vez que nos invitaba a comer dos platos más un postre en alguna de sus múltiples mesas. Buena comida, asientos cómodos y mejor compañía han sido los ingredientes principales de nuestra visita.

Por último, hemos estado en la sala de informática de la escuela, desde donde estoy escribiendo esta entrada para que cualquiera la pueda leer. Puede que «mis lectores» no lleguen a ser muy numerosos, pero al menos los que lo sean, sabrán que la UPV es un gran lugar para pasar los cinco años (como mínimo) de estudio que servirán para ser alguien el día de mañana… o por lo menos, no morir de hambre.

En veinticuatro horas volveréis a leer algo sobre el día a día en este Praktikum… o no.

«¡Hasta el infinito y más allá!»… ¿Qué te llevarías allí?

NOTA: Todo lo escrito anteriormente no ha estado manipulado por nadie relacionado con la UPV o, en su defecto, por la Conselleria d’Educació. Todo parecido con la realidad, puede ser meramente casualidad.